

STALIN
Fue presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética desde el 6 de mayo de 1941 hasta el 5 de marzo de 1953. Estuvo entre los bolcheviques revolucionarios que impulsaron la Revolución de Octubre en Rusia en 1917 y más tarde ocupó la posición de Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1922
En 1912, Lenin, por aquel entonces exiliado en Suiza, designa a Josef Stalin para participar en el primer Comité Central del Partido Bolchevique. Tres años más tarde, en noviembre de 1917, los bolcheviques consiguen el poder en Rusia. En 1922 se funda la Unión Soviética, bajo el liderazgo de Lenin.
Durante esos años, Stalin va escalando los peldaños de la jerarquía del partido y en 1922 logra convertirse en el secretario general del Comité Central del Partido Comunista, un cargo que le permitiría colocar en puestos gubernamentales a sus aliados, consiguiendo aumentar el número de apoyos políticos.
Tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin logra finalmente desbancar a sus oponentes políticos y gana la pugna de poder por el control del Partido Comunista.

A finales de los años 20 se convierte en el dictador de la Unión Soviética. Stalin gobernó sirviéndose del terror y con puño de hierro con el fin de aniquilar a cualquiera que osara oponerse a sus designios. Aumentó los poderes de la policía secreta (la temible NKVD), fomentó la cultura de la delación entre la ciudadanía sembrando un clima de terror y envió a millones de personas a los gulags (campos de trabajo) esparcidos por las peores zonas de la Unión Soviética (Siberia, etc.).
Asimismo, Stalin consolidó todo un culto de personalidad en torno a su figura a lo largo y ancho de la URSS. Se cambiaron nombres de ciudades en su nombre (Volgogrado pasó a denominarse Stalingrado). Los libros de historia soviéticos reescribieron la propia historia reciente para otorgarle una mayor importancia en la revolución, así como para mitificar otros aspectos de su vida. Se realizaron aduladoras obras de arte en su honor y su nombre llegó a formar parte del himno nacional de la Unión Soviética. Su gobierno también controlaba al milímetro los medios propagandísticos y de comunicación soviéticos.
PRESENCIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL:
En 1939, en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, Josef Stalin y el dictador alemán Adolf Hitler (1889-1945) firmaron un pacto de no agresión (conocido como Pacto de Molotov-Ribbentrop). Posteriormente, Stalin procedió a anexionar partes de Polonia y Rumanía, así como los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania. También inició una campaña ofensiva de invasión contra Finlandia.
En junio de 1941, Alemania rompe unilateralmente el pacto de no agresión nazi-soviético e inicia la mítica Operación Barbarroja contra la URRS, logrando importantes conquistas de terreno en un periodo breve de tiempo. Cabe destacar que Stalin había ignorado sistemáticamente las advertencias realizadas por norteamericanos y británicos, así como las de sus propios servicios de inteligencia, sobre una potencial invasión, lo que se tradujo en una mala preparación para la guerra contra Alemania.
A medida que las tropas de la Wehrmacht se acercaban a Moscú, Stalin seguía en la capital y dirigía una estrategia de tierra quemada que tenía por objetivo la debilitación del enemigo mediante la destrucción de cualquier infraestructura o línea de suministros que pudiera serle útil. El rumbo de la contienda cambió a favor de los rusos tras la victoria en la decisiva batalla de Stalingrado (agosto de 1942-febrero de 1943), durante la cual el Ejército Rojo derrotó a los alemanes, consiguiendo su retirada posterior del territorio soviético.
A medida que la guerra iba avanzado, Stalin participó en las conferencias aliadas principales, incluyendo en las de Teherán (1943) y Yalta (1945). Su voluntad de hierro y sus hábiles destrezas políticas le permitieron jugar astutamente sus cartas, presentándose coyunturalmente como un aliado leal, sin abandonar nunca su visión de un imperio soviético de posguerra.


ULTIMOS AÑOS:
Josef Stalin no se amedrentó con el paso de los años, su reino de terror continuó hasta su muerte. En 1950, autorizó al regimen comunista norcoreano de Kim Il Sung (1912-1994) para invadir a su vecino del Sur, Corea del Sur, aliada de los EE.UU, desencadenándose así la Guerra de Corea.
Durante su última etapa, Stalin se volvió cada vez más paranoico y huraño. Falleció el 5 de marzo de 1953, a los 74 años de edad, tras susfrir un derrame. Su cuerpo fue embalsamado y preservado en el mausoleo de Lenin ubicado en la Plaza Roja de Moscú hasta 1961, fecha en la que se retiró de dicho mausoleo y se enterró cerca de las murallas del Kremlin, como parte del proceso de desestalinización iniciado por su sucesor, Nikita Khrushchev (1894-1971).

"Los historiadores apuntan a que fue responsable de la muerte de unos 20 millones de personas durante su cruel mandato"
